lunes, 12 de enero de 2015

#Herencia

Algunas personas creen que la esencia de un ser humano se ve moldeada por las condiciones en las que crece, mientras que otras tantas sostienen que ésta esencia viene ya determinada por la herencia genética que recibimos de nuestros padres; si me lo preguntaran a mi diría que es un poco de ambos materializado por las decisiones personales que tomamos.

 Es maravilloso el darnos cuenta como éste hilo tan invisiblemente fino nos une a todos nuestros ancestros, volviéndonos uno con ellos y eternizándolos a través nuestro; somos depositarios de sus sueños, de sus valores, de su fuerza y su sabiduría aún sin darnos cuenta.

La mayoría de nosotros en algún momento de la vida vimos a nuestros padres como las personas mas poderosas del universo entero, llenas de sabiduría y valor, o a nuestros abuelos como el modelo mas grande de amor. A partir de ahí, el proceso comienza pasando de esa admiración al deseo de ser como ellos y volvernos esos super héroes.

La parte compleja viene cuando llega la adolescencia y nos rebelamos contra esa imágen, jurando que nunca seremos iguales sin darnos cuenta que, dentro de esa rebelión, vamos formándonos mas y mas como ellos. Al crecer, cuando nos damos cuenta de que en realidad no son los super seres que idealizabamos sino que son, al igual que nosotros, seres humanos perfectibles en muchos sentidos llega la ruptura final mas dolorosa pero que conlleva el mayor crecimiento. 

En ese momento somos capaces de verlos tal cual son, sin idealizarlos pero también sin juzgarlos y alcanzamos a practicar uno de los amores mas puros, sin reservas ni condicionantes; simplemente por lo que son y por todos sus defectos y virtudes porque eso en conjunto forma su ser y el nuestro propio ya que alcanzamos a percibir que somos un reflejo de ellos mismos.

Ahora bien, es ahí donde tu decisión hará la diferencia; tu decidirás culparlos por quien eres ahora y lo que hayas podido o no lograr en tu vida o agradecer por los dones que te han heredado, aún aquellos disfrazados de cosas negativas, y usarlos como una fuerza para tu vida.

Hoy soy feliz porque se que lo que soy es gracias a la herencia que recibí de mis padres, soy valiente e indoblegable gracias a la tenacidad que aprendí de mi madre y autosuficiente gracias a su orgullo, soy fuerte gracias a mi padre, que me dió una de las lecciones mas grandes en la vida al desaparecer tan de repente, estoy lleno del amor de mi abuelo y mi madre, compasión heredada de mi tía abuela, en fin... hoy soy el que soy gracias a ellos y me aseguraré de que mis sobrinas reciban su propia herencia y ahí estaré, para guiarlas en sus decisiones y verlas eternizarse.

Feliz #día9, #356togo

 

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