lunes, 9 de febrero de 2015

#eternidad

Quien pudiera alcanzar la eternidad; ah cierto... ¡todos podemos!

Así como muchos, uno de mis grandes miedos en la vida era el pasar por ella sin pena ni gloria, dejando que mi existencia se diluyera en el fluir constante de la corriente del tiempo sin dejar huellas. Y creo que de no haber analizado las cosas tan sencillas y a la vez tan grandes que tenía justo en mi nariz estaría llegando en estos momentos a una de las tan famosas crisis de la mediana edad que a muchos les pegan.

El secreto estuvo en darme cuenta que cada instante estoy tocando esa eternidad, cada momento es único, jamás voy a vivirlo de nuevo en esta realidad que estoy experimentando y eso es lo que lo vuelve eterno porque solo ése momento existirá de esa manera para mi y jamás volverá a repetirse.

Y como en todo, con eso llegó una responsabilidad muy grande que debía tomar; si cada momento es único entonces de mi dependía hacer que cada uno de ellos fuera extraordinario y todo lo demás llegaría por añadidura. No puedo decir que éste proceso resulte sencillo, nunca será facil salir de la inercia y de la cotidaniedad de la vida pero hoy se que los resultados valen completamente la pena y eso es lo que me hace feliz porque lo que se obtiene de hacer cada momento extraordinario es una vida llena de cosas extraordinarias.

Es una utopía el vivir constantemente en este estado pero lo que si es muy real es que esto es una decisión completamente personal y, si bien no podemos permanecer en este estado todo el tiempo, podemos decidir experimentarlo la mayor parte del tiempo hasta que se convierta en un hábito. Esta decisión se vuelve mucho mas fácil cuando te das cuenta que no hay nada que perder pero si mucho que ganar.



Feliz #Día37, #328togo

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