Y un poquito de paciencia pero se que, cuando toda la turbulencia se acaba, la recompensa llega; eso es lo emocionante porque muchas veces no tengo ni idea de que es lo que va a llegar ni en que va a parar toda esa revoltura pero el resultado invariablemente me sorprende.
Todo es cuestión de aguantar con valor los embates sin desesperar mientras la tormenta ruge alrededor y busco el camino a la salida atravesando uno a uno los obstáculos que pareciera que se empeñan en pararme en seco ahí en donde estoy. Es en esos momentos en los que amo mirar en retrospectiva a lo que he logrado al salir de todas las veces en las que me he encontrado en la misma situación, incluso sintiendo en ocasiones que no hay nada que pudiese salir peor.
Invariablemente han sido bendiciones y han representado crecimiento en cada aspecto de mi vida aún cuando en esos momentos no haya sido capaz de ver la luz, eso es lo que logra transmutar mis miedos por una certeza firme que me da la serenidad suficiente para continuar el camino aún cuando creía que ya no tenía mas fuerzas para seguir adelante.
En estos momentos ya no hay miedo, es mayor la emoción de saber que es lo que vendrá una vez que los días de tormenta pasen y todo comience a estabilizarse, ahora siento como si no pudiera esperar y esa misma emoción es la que me impulsa para moverme lo mas rápido posible a la salida y descubrirlo, pero siempre conservando la calma y siendo paciente.
Como dije en un principio: para vivir se requiere valor y solo añadiría que el mundo es de quienes logran encontrarlo dentro de si mismos y se sobreponen a sus miedos.
Feliz #Día45, #320togo
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