Pocos de los pequeños placeres de la vida son tan sagrados como este...
Tan sagrado que de rodillas se muele y se bebe mirando al cielo; y es que hay magia en cada plato en el que me lo encuentre, experimentando la sensación de como va recorriendo mi cuerpo, llenandolo de energia y felicidad pura en cada bocado que doy, llenando mi sangre y disparando toda clase de reacciones químicas en mi interior.
Un buen chocolate puede contra el dia mas nefasto que pueda tener, me endulza el ser y me regresa la sonrisa en los momentos en los que me es dificil encontrarla. Pareciera simple como puede cambia de un momento a otro mi humor con el simple hecho de poder dar una mordida a esta deliciosa comida.
Son de los regalos que la madre tierra nos dio que mas aprecio en cualquier forma en que me lo llegue a encontrar, en barra, en trufa, en trozos, en ganache, en galletas, en bebidas o hasta en salsas y moles. Amo el ingenio con el que la cocina de mi tierra lo ha hecho incorporarse dentro de sus tradiciones mas arraigadas, haciéndolo parte fundamental de platillos emblemáticos que han llevado a niveles inimaginados la gastronomía.
Amo que sea un aporte de mi tierra natal al mundo, me siento orgulloso de poder decir que soy de la tierra donde se conoció por vez primera y espero poder contar con este poacer mucho tiempo mas.
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