¿Cuantos de esos pequeños detalles puedo dejar pasar desapercibidos por estar distraido volteando a mirar hacia otro lado?
Es increíble lo fácil que puedo distraerme de mi propia vida sin siquiera darme cuenta, entrando en modo automático para vivirla hasta en sus mas simples acciones, perdiéndome de su belleza por momentos. Acciones tan sencillas como caminar concentrado en la pantalla del celular, o enfocarme en la computadora del trabajo hasta que el mundo alrededor se desvanece y desaparece me asustan de repente.
El tiempo no se detiene y la vida continua sucediendo a raudales alrededor mío, llenando cada espacio sin esperar a que sea testigo de ella, escondiéndose con la esperanza de que la busque y la encuentre en cada recoveco para saltar y darme una sorpresa cual si fuese un niño peuqeño jugando conmigo a las escondidillas.
Y al encontrarla resulta que no está sola, siempre está de la mano de un pequeño trocito de felicidad, escondidas ambas en la alacena cuando encuentro uno de mis dulces favoritos, en un beso de buenas noches inesperado, en una cena con amor cuando estoy mas estresado, sobre las alas de una golondrina que anida cerca de mi ventana, en la ris de un niño o en los ojos de mi familia gritándome te amo en sus particulares voces.
Ahí está la vida y la felicidad, esperando por mi en cada rincón siempre y cuando me decida a buscarla.
Feliz #Día61, #304togo
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