domingo, 15 de marzo de 2015

#empacandoando

¿Que tanto de mi historia podría caber en una caja de cartón? Estaba a punto de descubrirlo.

Pues la respuesta fue: todo y nada. En el sentido material es complicado el empacar la nostalgia de los recuerdos de mi paso por la vida que he depositado en toda cantidad de objetos, desde los mas grandes hasta los mas pequeños; esos recuerdos que éstos objetos mismos me devuelven en cuanto vuelvo a tenerlos en mis manos o al alcance de mi vista.

Ligados a esos recuerdos también llegan los sentimientos, sobre todo esa nostalgia que me da el saber que un buen ciclo se termina y que es hora de moverse, que no es mas que el apego a una zona de confort y a esos buenos momentos que marcaron mi vida en esa etapa con felicidad y amor.

Ese mismo apego es el que me impulda a querer meter mi vida entera en esas cajas, y de repente me doy cuenta que mi vida ya está contenida en ella por el simple hecho de haberla recordado y estarla sintiendo. Mi vida cabe en una caja y sobra espacio porque solo necesito pensar en ella y en lo que me gustaría guardar en ella y es así como comienzan a llegar todos esos recuerdos y que llego a darme cuenta que, en realidad, todos esos recuerdos no están ligados a los objetos sino que viven dentro de mi y están conmigo en cada paso que doy. 

Y no solo los recuerdos sino esa felicidad y el amor con el que me inundaron también, además de un nuevo acompañante que también es motivo de mi felicidad el día de hoy: la fe. 

Pero ese ya será un cuento del siguiente post, mientras tanto.. soy feliz. 

Feliz #Día70, #295togo


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